Desde pequeño siempre me gustó mucho el teatro ya que el poder disfrutar la puesta en escena de inicio a fin era como desconectarse un rato del mundo externo y eso es lo que pude sentir al ver la obra “Ha llegado un inspector”.
La obra es un clásico que está ambientada en Londres de 1912 y se centra en la adinerada familia Birling. Ellos mantenían una vida aparentemente perfecta, hasta que un día reciben la visita de un inspector (Alberto Isola) quien empieza a investigar a cada uno de los integrantes con sus inquietantes preguntas logrando desempolvar cosas de su pasado, con el objetivo de descubrir quien mató a Eva Smith.
El espectáculo teatral se desarrolla de una manera increíble gracias a la química de los actores, mostrando su gran profesionalismo y capacidad de transmitir las emociones de sus personajes a los espectadores en ese preciso momento. Además, con ayuda de los detalles sutiles en la escenografía desde un teléfono antiguo puedes transportarte por un momento a la época en la que la obra que se ambienta.
A pesar de que la trama y el lugar en la que se lleva a cabo este thriller parece lejano a la realidad peruana, toca temas particulares que te hacen reflexionar y cuestionarte si estamos haciendo bien las cosas como sociedad. Sobre todo, en un mundo donde parece importar poco los derechos de los que menos tienen, esta obra es la perfecta representación que aun existe un cuestionable proceder de las personas que no les importa las consecuencias de sus actos. Sin embargo, si no aprendemos de nuestros errores y pasado, estamos condenados a repetirlos.