Días Felices

¿Winnie o Willy?

Me pregunto si en algún momento me habré visto como Winnie o quizás como Willie, aunque conociéndome estoy segura que me he visto más como Winnie en estos últimos años. Me lo pregunto a mí misma porque soy curiosa y porque de alguna manera quizás en forma de catarsis el darme respuestas constantes me satisface… ¡claro! como lo haría Winnie.

Transmitiendo emociones

Adaptándome a la nueva normalidad, preparé mis bocadillos preferidos, apagué las luces y me dispuse en un lugar cómodo.  Mientras comenzaba la función, me pregunté: ¿cómo se puede capturar la esencia del teatro en la virtualidad? No les mentiré, era incrédula y me alegra haberme equivocado.

En busca de días felices…

Días Felices nos invita a reflexionar y a sumergirnos en un desolado mundo donde, aparentemente, no hay escapatoria.  Nos cuenta la historia de Winnie, una mujer engullida hasta la cintura, presa de la tierra y de un presente monótono. Ella se despierta luego de escuchar un timbre el cual marca el inicio de su itinerario, tal y como comenzaríamos el día con el sonido de una alarma en la mañana…

¿Existen días felices?

Días Felices, una obra en que se muestra la lucha del individuo hacia un tipo de amenaza. Winnie, un personaje cuya característica principal es su resignada felicidad. Cada acontecimiento que vive lo interpreta como si fuera un suceso maravillo, aunque no lo sea, todos sus días son “felices”.

Atrapada en instantes de felicidad

Desde el instante en que se abre el telón quedas sumergido en una puesta de escena deslumbrante de la obra del dramaturgo Samuel Becket “Días felices”. Los intérpretes hacen una función magistral que a pesar de ser un espectador virtual en donde es sencillo distraerse, cautivan a la audiencia con una representación inigualable e hipnótica.

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