Cuando recibí la noticia de que había sido elegida como embajadora cultural no tenía palabras para responder, de manera literal, debido a que acababan de extraerme una muela, pero también por la gran oportunidad que acababa de abrirse ante mis ojos. Y realmente no me equivoqué.
Dio la suerte que pudiese ser capaz de asistir a cada uno de los eventos planteados, conocer el teatro desde adentro y por los más pequeños rincones de la producción. La sesión de fotos, grabación del spot y por supuesto el gran estreno, viendo cachitos de una historia que no llegaría a comprender del todo hasta que la vi en escena. Aún recuerdo con fuerza una frase de la obra “Nosotros no existimos”, cruel, deprimentemente y real.
Resulta una experiencia completa, difícil de vivir si uno no cuenta con los medios o no se encuentra en el lugar y momento correcto, pero definitivamente fue inolvidable. Tras un tiempo tan largo con los teatros cerrados y encontrarte en un universo diferente con gente que ríe y sufre en una misma emoción, resulta tan reconfortante que no me queda más que desear que muchos más puedan sentir lo que yo pude vivir.