Hace bastante tiempo, una amiga me comentó las maravillas de estar detrás de los escenarios de una obra de teatro, lo cual es totalmente espectacular. Sentí que las emociones que se transmitían dentro de la obra, no estaban lejos de ser una realidad en el país que hoy tenemos ante nuestros ojos.
El Fuego que hemos construido, en mi opinión, es el espejo de lo que se tiene en las calles actualmente, un sistema de informalidad laboral y maltrato que puede traer consecuencias devastadoras a las mismas personas que se ganan la vida como pueden, tratando de sacar adelante sus razones por las que desean trabajar hasta en las peores condiciones de vida y sin importar lo que suceda.
Una de las partes que más me conmovió, fueron los sueños por el que los jóvenes trabajaban, a la mayoría de ellos no les importó trabajar en las peores condiciones; por ejemplo, sin luz o sin poder salir. Solo querían luchar por sus metas, para tener un futuro mejor, o por las personas a quienes querían, y por ellas eran capaces de dar hasta su vida.
La verdad no está lejos de la realidad, esta obra es el vivo retrato de los jóvenes trabajadores que fueron víctimas de la informalidad laboral, y sufrieron las consecuencias de personas ambiciosas que no velaron por sus derechos como seres humanos, algo que tristemente no ha cambiado ni se ha manifestado un cambio dentro de la sociedad que hoy tenemos, todos debemos luchar para que estos abusos contra el maltrato laboral acaben de una vez por todas.