¿Cómo ser una fiera?

Escribe Andrea Juarez

Esta obra de teatro hizo resonar en mí cabeza, de principio a fin, la siguiente pregunta: ¿cómo ser una fiera con mis ideas? La obra presenta a cuatro actrices que interpretan a los personajes Bianca y Katerina de la obra “La fierecilla domada” de William Shakespeare. Ellas exponen diferentes puntos de vista ante dicha obra. Por un lado, cuestionan la validez de una obra escrita hace más de 400 años y, por el otro lado, piden respeto a rajatabla al libreto.

Ante dicha disyuntiva, podemos ver como dos personajes buscan realzar la voz de las mujeres en donde se nos presenta como un objeto que se puede manipular. Mientras los otros dos mismos personajes buscan respetar el libreto, pero proponen contextualizar dicha obra. Esta presentación, a partir de las ideas mencionadas, nos permite reflexionar acerca de los diferentes cambios y adquisición de derechos de los que hemos tomado partida las mujeres ante las ideas impuestas por el patriarcado. Asimismo, es destacable admirar como las mujeres nos hemos empoderando a lo largo del tiempo sobre los diferentes contextos para dar pase a nuestra voz y decisión.

Esta obra no solo te hace reflexionar, también considero que es una invitación a actuar. No busquemos eliminar al otro, en lugar de ello, busquemos enseñar e inculcar la igualdad porque ambos somos necesarios para nuestra sociedad.

Artículos relacionados

Ellas están aquí

Recuerdo que hace unas semanas escuché a una actriz decir que la esencia de los personajes siempre se queda en el espacio de representación y muchas veces cobran vida.

Últimas publicaciones

¡Identidad, amor y libertad!

Shakespeare convierte el bosque en un escenario universal donde cada espectador reconoce un fragmento de sí mismo, por eso, esta comedia no envejece.

El arte que se siente

Subir al escenario y ver las marcas en el piso, testigos de tantas historias contadas, me hizo sentir la esencia viva del teatro y la pasión que envuelve cada función. 

Un vistazo íntimo al Teatro Británico

Estar ahí, sin público, nos recordó que el teatro sigue sus propias reglas y sus propios tiempos; por eso es tan especial. Después de esta experiencia, creo que no podré perderme esta obra ni ninguna otra que presente el Teatro Británico de ahora en adelante.  

Del aula al telón: mi experiencia como embajadora cultural

Más que un simple recorrido, significó un espacio de aprendizaje colectivo, donde descubrimos juntos que el idioma no es únicamente gramática o vocabulario, sino también historias, símbolos y tradiciones que enriquecen nuestra visión del mundo.