De las tablas a la webcam

Escribe Enrique Quispe Márquez

Entre cámaras y virtualidad se presenta “Emma, Millenial”, la última obra presentada por Británico Cultural. Basada en la novela cómica de Jane Austen, esta puesta en escena nos cuenta la historia de la particular Emma Woodhouse, una joven inteligente que se empecina en cumplir el rol de casamentera en su círculo amical.

La dirección de Micaela Valdés logra convertir un clásico de la literatura en una hilarante historia atemporal en la que cualquier espectador puede identificarse. Las relaciones entre los personajes encarnados se presentan con tanta naturalidad que el público no se cuestiona el cambio espacio-temporal que han sufrido; muy por el contrario, crea un universo en el cual mensajes de WhatsApp pueden ser leídos con propio lenguaje inglés y los últimos hits del pop pueden ser festejados en bailes de salón. En dicho sentido, la restructuración del escenario a lo largo de las instalaciones del teatro Británico, no solo es ingeniosa, sino que también refuerza la singularidad en la que esta historia se cuenta.

Las actuaciones de este talentoso elenco cautivan desde el primer segundo. Desde las elocuentes frases de Harriet hasta la irritante serenidad de Knightley, se generan situaciones cómicas en las que Emma se ve inmiscuida. Esto, representa para el personaje, una genuina evolución en la que nos dejan mensajes importantes a resaltar como el consentimiento y aceptación de uno mismo.

No puedo cerrar este artículo sin aplaudir el talento de todo el equipo detrás del proyecto que, a pesar de la situación actual, supo utilizar cada elemento a su favor para una puesta en escena única e innovadora demostrando que las limitaciones en el relato se encuentran en el imaginario.

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