Recuerdo que hace unas semanas escuché a una actriz decir que la esencia de los personajes siempre se queda en el espacio de representación y muchas veces cobran vida, si bien es cierto en escena vemos a 4 mujeres interpretando a Katerina y Bianca con vestuario de la época actual, pero a través de estas cuatro mujeres podemos sentir a Katerina y Bianca del texto original, podrán ser personajes ficticios, pero esa voz que pide libertad a gritos existió, existe y seguirá existiendo. Ahora nosotras tenemos la oportunidad de decir “No” por aquellas que en su momento no pudieron y estaban encerradas.
La decisión de utilizar absolutamente toda la sala como un lugar sin escapatoria hace referencia al proceso psicológico que ambos personajes atravesaron en la comedia de Shakespeare para llegar a ser quienes fueron al final; cuando te enfrentas a situaciones muy fuertes sientes que no encuentras el camino, piensas que no hay una salida y cuando crees que por fin lo encontraste te das cuenta de que no es así y es ahí donde tiene sentido que hayan dos Katerinas y dos Biancas, porque realmente están conviviendo con ellas mismas, es como estar frente a un espejo siempre, cuando pasas mucho tiempo contigo mismo surgen muchas preguntas, pero siempre encuentras respuestas al igual que Bianca y Katerina, al final se dieron cuenta de que no era necesario destruir el monólogo de Katerina para lograr un cambio, ya que el cambio estaba en ellas.